En el servicio militar nacional aprendí demasiadas cosas unas para bien y otras para mal aunque, la mayoría fueron de bien. Aparte de aprender parte del adiestramiento de un soldado como lo es el saber marchar, comportarse, derechos humanos y conocer una que otra arma que utilizan; también escuche muchas anécdotas y relatos del medio militar.
Con las anécdotas aprendí muchas cosas, algunas eran que es lo que hacían cuando se iban de borrachos y a los table dance con las mujeres de la vida galante. Muchos eren los instructores o soldados al mando los cuales nos mandaban, pero casi todos los relatos que nos contaban se parecían, todos eran irse de pedos con “viejas” y al final se andaban peleando entre ellos.
Por otro lado también contaban de cuando se iban a otros estados y/o municipios, en ellos decían muchas cosas tanto de el comportamiento que tomaba la gente con ellos en distintos estados como los problemas que se traían con los narcos.
Uno de los militares nos contó que en la parte norte del país la gente casi los amaba puesto que cuando andaban rondando la gente les daba agua los saludaba bien y las mujeres empezaban de coquetas; de hecho según lo que nos conto el militar; muchas de las muchachas a las que los militares les hablaban venían hasta puebla para verlos; aunque muchas de ellas tuvieran novio en sus estados originales, pero ninguna se quiso quedar a tener una relación formal con los soldados.
Otra de las anécdotas que me gusto o entretuvo fueron las borracheras de un sargento con su amigo, los cuales cuentan que cuando andaban de parranda siempre tenían problemas; ya fuera entre ellos o con vándalos que se los querían apañar. Una ves en una de sus parrandas se encontraron con la banda de Zaragoza, con los que se pelearon; y una vez en la riña campal llego la policía, se dispersaron al verla y los soldados se fueron a su cuartel. Cuando iban entrando a su cuartel un soldado que estaba en guardia le pregunto al sargento que era lo que le había hecho a su amigo que iba sangrando, pero el no se había dado cuenta; lo que había pasado es que durante la riña como iban ebrios no sintió el navajazo y tampoco se acordaba de lo que había pasado.
Después ya le andaban echando la culpa al sargento, y decían que el era el que lo había lesionado. Es por eso que nos recomienda que si te quieres pelear con alguien hazlo incluso si es tu amigo, ya que como dice el “de un trompo no pasa, ya después vuelves a ser hasta un mejor amigos” y es cierto de un “trompo no pasa”; y por otro lado nos aconsejo que si ven a su amigo que lo acuchillaron o lo lesionaron de gravedad pues si ahí que ayudarlo pero solo irlo a dejar a un hospital, dejarlo registrado pero ya por que si no luego van a decir que tu fuiste el wey que lo lesiono chance y en una de esas te meten a la cárcel por algo que no hiciste.
Otra aportación que tuve con el servicio militar fue que me forjara un poco mas mi carácter, perder el miedo al caminar y hablar porque el caminar dice mucho de ti y le muestra al los asaltantes el como eres. Si te ven que andas caminando con la cabeza hacia abajo y todo encorvado van a decir que eres un wey, y serás un blanco fácil; aunque si andas con la cabeza erguida y todo así derecho van a decir que a no manches ese wey es bien carbón.
Otra cosa que aprendí son los albures que se aprenden de forma inconsciente, y nunca acabas de aprenderlos; pero eso ya es otra entrada jajá.
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